‘Yo Le Tenía Miedo A El Y A Inmigración’: Sobrevivientes De Violencia Doméstica Se Arriesgan A Solicitar Visa Especial

Algunos inmigrantes que viven aquí sin autorización, quienes han sido víctimas de crímenes en los EE. UU., pueden ser elegibles para una Visa U. El proceso de solicitud y el largo tiempo de espera solían ser disuasivos, pero eso parece estar cambiando bajo la administración de Trump. La abogada de inmigración Susan Roses, a la izquierda, revisa documentos con Antonia, referentes a su presentación de la Visa U. (Jesse Costa/WBUR)

Los inmigrantes que viven en el país de forma ilegal tienen razones de estar al borde.

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El incremento de la ejecución de inmigración con el presidente Trump a conllevado a más arrestos de inmigrantes sin antecedentes penales. Y los reportajes de agentes federales de inmigración que se presentan a las escuelas y cortes están incrementando el temor entre las personas que están en el país sin autorización.

¿Pero qué ocurre cuando ese temor es usado como un arma?

‘Si llamo a la policía, me van a deportar’

Antonia, quien vive al norte de Boston, está nerviosa respecto a ser deportada de vuelta a la República Dominicana. Viajo hasta acá con una Visa de turista y se quedó en el país más tiempo del que estaba autorizada.

Pero la madre de tres hijos tiene un temor aún mayor: su exnovio.

«Él me golpeó en la boca, me gritó y me rompió el teléfono. Hasta que un día, ya no pude soportarlo más porque él agarró un cuchillo y me amenazó a mí y a mis hijos», dijo ella en español.

Antonia dice que su exnovio tomó un cuchillo de la cocina de ella y corrió por todas partes revisando debajo de las camas buscando a otro hombre que no existe. En su rabia causada por los celos, Antonia dice que blandía el cuchillo amenazando con matarla a ella y a sus hijos. Su hija de 8 años se escondió detrás del sofá.

Como Antonia teme por su seguridad solo estamos utilizando parte de su primer nombre.

Ella dice que cuando conoció por primera vez a su abusador, a través de amigos mutuos, este era amable y servicial. Como estadounidense naturalizado, habla inglés con fluidez. Él la llevaba a clases de inglés y la ayudaba con su tarea. Pero todo eso cambió.

«Ya no quería estar con él, me separé de él y traté de distanciarme pero él seguía buscándome y llamándome», dijo Antonia. «Y un día me llamó y me pidió que fuera a su casa y allí fue donde todo comenzó de nuevo y él comenzó a golpearme. Me mordió la mano. Le dije: ‘Esto no está bien, me estás lastimando. Voy a tener que llamar a la policía’. Pero yo no sé hablar inglés, así que tomé a mis niños y me fui».

Y no era solo el labio ensangrentado, las marcas de la mordedura o los moretones; Antonia dice que su exnovio también abusó de ella psicológicamente. Él sabía que ella había permanecido más tiempo del estipulado en su Visa y sabía que ella estaba aterrada de que la separaran de sus hijos. Antonia dice que él usó su estatus en su contra una y otra vez.

«Yo sentía temor cada vez que él me hacía algo, porque no podía llamar a la policía pues él me decía que si llamaba a la policía me iban a deportar», dijo Antonia. «Y ahora me arrepiento de eso, porque fue así como se salía con la suya con el abuso, seguía haciendo lo mismo».

Julie Dahlstrom, directora del Programa de los Derechos de los Inmigrantes y Tráfico Humano de la Universidad de Boston, se reúne con un cliente que está esperando respuesta respecto a una Visa U que solicitó hace dos años. (Jesse Costa/WBUR)

Julie Dahlstrom, directora del Programa de los Derechos de los Inmigrantes y Tráfico Humano de la Universidad de Boston, se reúne con un cliente que está esperando respuesta respecto a una Visa U que solicitó hace dos años. (Jesse Costa/WBUR)

Escoger entre la seguridad y la deportación

Según Julie Dahlstrom, directora del Programa de los Derechos de los Inmigrantes y de Tráfico Humano de la Universidad de Boston, sopesar la certeza de un familiar abusivo versus la incertidumbre de la deportación, puede ser una elección difícil para sobrevivientes como Antonia.

«En esencia, tienen que escoger entre la seguridad y la deportación y con frecuencia no es una opción tan clara», dijo Dahlstrom. «Sabes, cuando un sobreviviente toma el teléfono y está indocumentado, no sabe quién está al otro lado de la línea. Es el orden público, pero ellos no saben qué tan conectados están con inmigración, lo cual es un verdadero desafío».

Esa incertidumbre también ejerció su poder sobre Quirci Rodríguez de 41 años. Hemos acordado usar solo parte de su nombre por las preocupaciones de seguridad que tiene por sí misma y por su familia.

Rodríguez también es de la República Dominicana y es igualmente sobreviviente de una relación abusiva aquí en Massachusetts. Ella y sus hijos entraron al país con lo que se conoce como Visa del prometido. Pero el hombre a quien ella amaba nunca tuvo intenciones de casarse con ella. Ella dice que, por el contrario, él la agredía verbal y físicamente. Y ella dice que su pareja la amenazaba con hacerla deportar si llamaba a la policía.

«Yo le temía a ambos, a él y a inmigración», dijo en español, con un leve temblor en la voz. « Porque siempre que lo confrontaba, me decía que llamaría a inmigración y yo temía que me deportaran».

Arriesgándose en momentos inciertos

Existe una posibilidad de protección que un creciente número de inmigrantes está considerando como una opción viable.

Algunos inmigrantes que viven aquí sin autorización, que han sido víctimas de un crimen en los EE. UU., pueden ser elegibles para lo que se conoce como una Visa U.

Hema Sarang-Sieminski, una abogada principal del Centro de los Derechos de la Víctima de Boston, dice que la larga espera por una Visa U solía ser disuasivo para los clientes. Pero eso parece estar cambiando bajo la administración Trump.

«Sí, parece que los sobrevivientes están más dispuestos a arriesgarse y a esperar la Visa U en la situación actual», dijo ella. «Creo que se debe, en gran medida, a la preocupación de no tener nada más a qué recurrir».

Y están corriendo el riesgo.

Presentar una solicitud requiere suministrar información personal al gobierno, sin ganar ningún estatus legal ni autorización de trabajo mientras se espera la respuesta sobre la Visa. La oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los EE. UU. emite 10.000 visas en todo el país, cada año. Actualmente hay cerca de 170.000 solicitudes pendientes.

Uno de los primeros pasos en el proceso de solicitud, es presentarse en una agencia de orden público para certificar que ocurrió un crimen y que la víctima fue útil en la investigación. Esto implica solicitarlo en un departamento de policía o en la oficina del fiscal de distrito.

Jake Wark, el vocero de la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Suffolk, dice que las solicitudes de Visa U a través de su oficina se han triplicado.

«En realidad no hay duda de que hemos visto un gran incremento en el número de solicitudes desde el año pasado, en esta época», dijo Wark.

Según Wark, la oficina recibió 19 solicitudes entre el 1o de enero y el 1o de agosto de 2016. La cantidad se elevó a 52 en el mismo período, este año. Las oficinas de los condados de Essex, Norfolk y Worcester también han observado ligeros incrementos en las solicitudes de Visa U. Otras dos oficinas, Middlesex y Berkshire, presentaron ligeras disminuciones. (Las otras cinco oficinas de fiscales de distrito del estado, bien no respondieron inmediatamente a la solicitud de datos sobre la Visa U o dijeron que no dan seguimiento a tales solicitudes).

En toda la nación ha habido preocupación porque la probabilidad de que los inmigrantes no autorizados reporten crímenes a las autoridades locales es menor, dada la ampliación de las prioridades de cumplimiento del presidente Trump. Un estudio reciente, de defensores y abogados, se evidenció que ha habido una disminución en los reportes de crímenes por parte de inmigrantes indocumentados en algunas partes del país.

Pero para otros que pueden haber sido víctimas del crimen en el pasado, la desesperación puede estar ganando la partida, pues alguna esperanza es mejor que ninguna esperanza.

Sarang-Sieminski, la abogada del Centro de Derechos de la Víctima, dice que los sobrevivientes están considerando cualquier posibilidad de seguridad que puedan tener a su disposición.

«Hay tanta incertidumbre, que ahora tener algún tipo de solicitud de exención en los trabajos, se siente como una posibilidad de producir protección adicional o seguridad ante la deportación», dijo.

Antonia, quien recientemente presentó su solicitud de Visa U, dice que está agradecida de al menos tener la posibilidad de protección.

«Verdaderamente creo que hay personas que están tratando mal a las mujeres y abusando de las mujeres porque saben que no están aquí legalmente», dijo. «Pero nosotras también tenemos derechos, tenemos derechos que desconocemos, es cierto».

Los abogados de inmigraciones dicen que la espera actual por la Visa U está entre dos y seis años.