Una Familia Puertorriqueña Es Reunificada En Holyoke, Donde Trata De Buscar Estabilidad

Solimari Alicea le pasa el bebé, Yedriel , a Germán Santini para que lo alce. (Jesse Costa/WBUR)

Hace siete semanas, el Huracán María rugió por el centro de Puerto Rico. Los vientos golpearon las hojas de palma y una lluvia torrencial cayó sobre las casas en la ciudad de Barrancas.

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La tormenta llevó el terror a Germán Santini, quien estaba dentro de su casa. Santini salió al día siguiente y vio un pueblo que parecía como si hubiera recibido un ataque aéreo.

“Sientes la necesidad de llorar”, dijo. “No sientes ganas de hacer nada, al ver todo destruido. A Puerto Rico le va a tomar mucho tiempo recuperarse de esto”.

Para Santini, la peor parte fue no poder comunicarse con su esposa, que estaba en Holyoke, al oeste de Massachusetts, en su tercer trimestre de embarazo.

(Jesse Costa/WBUR)

“Pasaron dos semanas y no sabía cómo estaba ella”, dijo él. “Tampoco podía decirle a ella que yo estaba bien”.

El 16 de octubre, unos pocos días después de que Santini arribara en un paquete aéreo desde San Juan, nació su hijo Yedriel en Holyoke. Los padres estaban visiblemente estresados. No tenían a dónde ir después de dejar el hospital.

Antes del huracán, el plan era que la familia completa se mudara a Puerto Rico. Pero decidieron que no podían llevar a un recién nacido a un lugar sin electricidad y sin agua corriente.

La esposa de Santini, Solimari Alicea, dijo que era escoger entre dos opciones malas.

“Allá yo tengo a mi familia y él tiene su trabajo”, dijo ella. “Y ahora no podemos regresar porque no tenemos a donde ir. Al menos aquí podemos recibir asistencia. En Puerto Rico ya no hay asistencia”.

Necesidad masiva

Betty Medina Lichtenstein (Jesse Costa/WBUR)

Betty Medina Lichtenstein (Jesse Costa/WBUR)

Betty Medina Lichtenstein dirige Enlace de Familias, una organización sin fines de lucro de Holyoke. El estado ha designado a Enlace como el centro de bienvenida de la ciudad para los recién llegados. Medina dice que cada semana reciben más de 60 familias desde Puerto Rico.

Medina pasa de un cliente a otro, tratando de hacer coincidir las necesidades de las personas con los servicios respectivos. La tarea es masiva y Medina está corta de personal.

“Necesito poder dar seguimiento a las familias”, dijo. “Si alguien aquí necesita una guardería, yo no tengo a nadie aquí que ofrezca guardería, ¿qué tal ese servicio? ¿Manutención infantil? ¿Compensación para trabajadores? No tengo nada de eso aquí, así que necesitamos poder tener coordinadores de caso que puedan hacer ese seguimiento”.

Cuando María atacó, Puerto Rico ya estaba en el ojo de una tormenta: una recesión de una década de duración que ha dejado a la isla en la bancarrota con decenas de miles de millones en deudas.

El huracán convirtió un flujo estable de migración en una violenta inundación. Investigadores de la Universidad de la Ciudad de Nueva York estiman que más de 200.000 personas podrían abandonar Puerto Rico por año, tantas como 14.000 a Massachusetts.

Un mes y medio después del huracán, los funcionarios del estado dicen que más de 1.000 han buscado ayuda.

Medina dijo que ella observa una división generacional entre quienes piensan quedarse y aquellos que regresarán.

“Principalmente son los mayores los que quieren regresar”, dijo ella. “Las personas jóvenes dicen: ‘Ya estoy harto de eso’. A menos que tengan propiedades allá y no muchas personas jóvenes las tienen. Me refiero sobre todo a los millennials, pero los mayores van a regresar”.

Un hogar temporal

Alicea y Santini caminan en las afueras de su departamento en Greenfield de camino a Enlace de Familias. (Jesse Costa/WBUR)

Alicea y Santini caminan en las afueras de su departamento en Greenfield de camino a Enlace de Familias. (Jesse Costa/WBUR)

Santini probó el grifo y la cocina en el hogar temporal de su familia en Greenfield, 30 millas al norte de Holyoke. El departamento de tres pisos fue encontrado por Enlace y pertenece al departamento estatal de vivienda.

“Estoy más en paz ahora que tenemos un lugar donde quedarnos y un lugar donde cocinar”, dijo. “Y podemos proporcionarle un hogar estable al bebé”.

Santini está agradecido, pero ya extraña la vida en Puerto Rico.

“En Puerto Rico conoces a muchas personas, y muchas personas te conocen a ti”, dijo. “Aquí es muy diferente. … Allá cuando vas caminado a algún lado, alguien se para y te lleva. Aquí, no. Aquí tomas el autobús”.

Pero Santini dice que su prioridad ahora es proporcionarle estabilidad a su familia, y es aquí en Massachusetts donde puede lograr eso.

Ahora necesita conseguir un trabajo, aprender a hablar inglés y encontrar un lugar permanente al que su familia pueda llamar hogar.