Cómo Una Menor De Edad Sin Acompañante Se Desplazó Hasta Massachusetts

Photo by Ken Lund/Flickr

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La reciente noticia de que el gobierno de los EE. UU. pierde la pista de cerca de 1500 niños inmigrantes que estaban bajo su cuidado, provocó indignación y desconcierto. Estos son niños que llegaron aquí como menores sin acompañante y fueron ubicados con padrinos. Sus padrinos son frecuentemente los padres o parientes cercanos que ya viven en el país.

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Lili, ahora de 18 años, fue una de estas menores sin acompañante. Ella salió de Honduras en 2016 para buscar a su madre en Everett, Massachusetts. Sin embargo, su historia comienza en realidad cuando tenía solo 16 años y viajaba al norte con su bebé.

«Hay un par de razones por las que vine», dijo Lili, «pero la razón principal es porque hay mucha violencia en Honduras».

Acordamos referirnos a Lili por su segundo nombre porque ella teme por la seguridad de su familia y porque es una sobreviviente de violación. Su hijo, dijo, es producto de esa agresión sexual.

Cuando Lili y su hijo salieron de Honduras en el 2016, el país tenía una de las tasas más altas del mundo de muertes violentas en mujeres.

«Me fui un día por la mañana, me llevé a mi hijo y un poco de dinero y tomé autobús hacia la frontera con Guatemala», dijo.

Desde allí, Lili llegó hasta México, donde trabajó por unas pocas semanas. Luego encontró un contrabandista que la ayudó a cruzar la frontera hacia los EE. UU.

Caminó por el desierto por horas, cargando a su bebé y compartiendo una botella de agua entre seis personas, dijo. Finalmente, fue recogida por funcionarios de inmigración.

«Me preguntaron si tenía familia o lo que fuera, y yo les dije que sí, que mi mamá está aquí en Massachusetts y ellos la llamaron», dijo Lili. «Por fin atendió el teléfono y uno de los funcionarios le dijo que tenían a su hija en el centro de detención».

Lili no había visto a su madre en 11 años.

Ella pasó unos días en ese centro de detención antes de ser transferida a un refugio en California, donde recibió consejería para traumas. Mientras tanto, un trabajador del caso visitaba a la madre en Everett. Las visitas se diseñaron para garantizar que Lili se iba a casa a un lugar seguro.

Cerca de 2.000 menores sin acompañante fueron entregados a padrinos de toda New England, desde octubre de 2016 hasta septiembre de 2017.

Jeffrey Thielman es el presidente y director general del Instituto Internacional de Nueva Inglaterra, basada en Boston, que es contratado por el gobierno federal para ayudar a facilitar la ubicación de menores sin acompañante, con padrinos.

«Nuestro programa está diseñado para ayudar a los niños que llegan a la frontera y están sin acompañante», dijo él, «estos son colocados en un centro de detención por un tiempo, se les pone en libertad condicional y frecuentemente tienen familia en esta región del país».

Pero Thielman dijo que el trabajo de la agencia se está haciendo más difícil por algunas razones.

Por una parte, está la decisión de la administración Trump de cerrar un programa que les permitía a los jóvenes, de El Salvador, Honduras y Guatemala, solicitar estatus de refugiados viviendo aún en su país de origen. Se diseñó para contener la afluencia de menores sin acompañante, en la frontera de los EE. UU. y México, en 2014. El cierre del programa implica que los jóvenes que buscan reunirse con sus familias, pueden, en cambio, hacer el peligroso recorrido solos.

Conseguir padrinos, generalmente miembros de la familia que ya están aquí en los EE. UU., presenta otro obstáculo, dijo Thielman.

«Creo que muchos padrinos no quieren presentarse posiblemente porque también están indocumentados», dijo, «y pueden sentir temor de hablar con las autoridades del gobierno porque podrían ser objeto de deportación.

El informe de que el gobierno federal perdió el rastro de casi 1500 jóvenes sin acompañante, que serían ubicados con padrinos, provocó rabia e inspiró el hashtag «missing children» (niños perdidos) en las redes sociales.

El subsecretario de Salud y Servicios Humanos, Eric Hargan dijo, en una declaración, que estos aproximadamente 1500 niños no están perdidos. Más bien, dijo, es que sus padrinos simplemente no respondieron o no pudieron responder a llamadas de seguimiento realizadas por esta agencia.

Lili ha solicitado asilo aquí en EE. UU. para sí misma y para su hijo. Está asistiendo a la escuela y estudia italiano. Ella y su hijo aún están viviendo con su madre, que está en el país sin autorización.