Cinco Mujeres Presentan Una Demanda Por Discriminación Contra McCormick Y Schmick
Durante el verano de 2015, Gladys Fuentes trabajaba como ayudante de cocina en Comida del Mar y Carnes de McCormick y Schmicks. Dijo que un chef ejecutivo se agarró la entrepierna con ambas manos, luego se puso detrás de ella y le restregó las manos en la cara.
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Mientras se alejaba, Fuentes dice que le preguntó: “¿No quieres más horas?”. Ella respondió que no.
Esto según una queja presentada ante el Tribunal Superior el martes en la mañana, por Fuentes y otras cuatro mujeres latinas. Dicen que fueron acosadas sexualmente y tocadas en múltiples ocasiones por empleados masculinos en el McCormick y Schmick’s, y que la compañía nunca dio los pasos apropiados al respecto.
Fuentes vive en el este de Boston y trabajó en McCormick y Shmick’s desde el 2015 hasta este año.
“Hablamos con un gerente, lo conocimos y le dijimos lo que estaba ocurriendo”, dijo en español en una conferencia de prensa en Boston. “E incluso después de eso, no se detuvo. El acoso sexual continuó”.
McCormick y Schmick’s tiene más de 50 ubicaciones en el país, incluida la Faneuil Hall donde trabajaban las cinco mujeres.
Un vocero de la compañía no respondió de inmediato a una solicitud de comentario. Pero según la demanda, la compañía “niega vehementemente” que la conducta de los empleados masculinos involucrados constituya acoso sexual.
Sophia Hall, del Comité de Abogados para los Derechos Civiles y la Justicia Económica, representa a las mujeres. En una época de reconocimiento nacional del acoso sexual y de la dinámica del poder en el sitio de trabajo, Hall dice que las voces de los empleados de bajo salario deben ser escuchadas.
“Están saliendo a la luz hoy día, porque el acoso sexual no prevalece únicamente en las sociedades de cuello blanco o en las industrias de cuello blanco”, dijo ella. “Estas mujeres son particularmente vulnerables, pero han escogido denunciarlo”.
Las mujeres están demandando por discriminación y están solicitando indemnización.
Fabiana Santos trabajó en McCormick y Schmick’s durante 13 años hasta el 2015. Dijo que un lavador de platos del restaurante la empujó a una mesa con su ingle. Ella fue con el gerente general del restaurante, quien le dijo que estaba muy ocupado para hacer algo.
La queja legal sí indica que el lavador de platos fue despedido por “comportamiento poco profesional”.
Santos dice que el acoso la hizo sentir tan sucia que cuando fue a casa después del trabajo, ni siquiera quería que sus niños la tocaran.
“Sentíamos que no valíamos absolutamente nada”, dijo.